Salvemos nuestro balneario de Salinas

Se vieron policías de tránsito y civiles que observaban los acontecimientos o hablaban en sus celulares sin la más mínima importancia.

Qué gran decepción tenemos las personas que visitamos Salinas desde hace muchos años al haber visto en las playas y en las calles a gran cantidad de personas que sin el menor aspecto de turistas y con gruesos vocabularios se insultaban entre sí o a las personas que en diferentes vehículos circulaban por el balneario en el cual imperó el desorden y el feo aspecto que presentaban, especialmente en el centro de este que, en años anteriores ofrecía paz y tranquilidad, sobre todo a los guayaquileños que poseen departamentos y villas y que iban a disfrutar de las fiestas de carnaval.

Se vieron policías de tránsito y civiles que observaban los acontecimientos o hablaban en sus celulares sin la más mínima importancia. Queda 2 alternativas: perder en absoluto el lugar de descanso al que tanto anhelábamos llegar. O formar alguna institución que permita que se llegue al sitio previo una identificación y verificando el sitio de alojamiento, tomando en cuenta que la mayoría de desagradables sucesos fueron provocados por personas de otro país que han armado el desorden y la delincuencia por su falta de cultura. 

Salvemos nuestro balneario, que ya el mandatario anterior se encargó de quitárnoslo de la provincia del Guayas, con un municipio inoperante que solo piensa en su parte política y no en el bienestar y progreso del que ha sido nuestro balneario tradicional y actualmente para muchos jubilados de EE. UU. y Canadá que lo han escogido como su residencia por su clima y tranquilidad.

Ing. Édgar Diminich