La salud es un derecho humano sin exclusión del lugar de origen

Agradezco al hospital Los Ceibos por atender a los enfermos COVID sin exclusión.

Yo soy de todo: cocinero, mecánico, chofer profesional de la empresa Congas, padre e hipertenso. A mis 57 años, soy de las personas más cuidadosas que hay; sin embargo ingresé al hospital Los Ceibos del IESS, el  7 de junio, con síntomas de asfixia. En la tomografía, la pantalla mostraba mi pulmón tomado al 90 %, por coronavirus. Permanecí en ese hospital por 4 días. Cuando la enfermera me vio comer, me dijo: “Usted, saldrá de aquí, fuerza”.  Me dieron oxígeno, me hicieron exámenes, me dieron medicinas; incluso la psicóloga venía a visitarme todos los días, y me sentí más protegido. Ante comentarios de redes sociales publicados por guayaquileños sobre la atención que recibimos los enfermos de COVID de otras provincias, en Guayaquil, quiero decirles que no somos de diferentes tierras. Todos somos hermanos y habitamos el mismo país. Y es inhumano dejar morir a su primo, a su hermano, a su amigo, solo por un cambio de tierra. Lo mismo les pudo haber pasado a los guayaquileños en la pandemia, y nosotros, los quevedenses no les vamos a decir: “Váyanse de aquí”, pues la salud es un derecho humano. En Quevedo el hospital estaba lleno y por eso me transfirieron. Agradezco al hospital Los Ceibos por atender a los enfermos COVID sin exclusión.

Oscar Mawyin Peralta