Cada uno es responsable

"Es imperativo madurar como sociedad. Que no sea necesario que nos estén vigilando para hacer lo que nos corresponde".

La paralización a la que llevó a nuestro país, y al mundo, la pandemia de COVID-19, forzó a una transformación en muchos aspectos de la vida, y también en el ámbito laboral. Para no dejar de producir, una gran mayoría migró al teletrabajo, y con ello los hogares se adaptaron a ser también oficinas y sitios de fabricación y ventas. Este nuevo escenario perdurará en la medida en que tengamos que convivir con el coronavirus, mientras no se logre obtener una vacuna efectiva o un tratamiento que cure la enfermedad. Por ello todos los actores involucrados en el comercio, la industria y la prestación de servicios deberán evolucionar y hacerlo con responsabilidad.

Es imperativo madurar como sociedad. Que no sea necesario que nos estén vigilando para hacer lo que nos corresponde. Que durante la jornada laboral acordada se ejecuten las tareas correspondientes al cargo que se desempeña y no a la preparación de alimentos, a ver programas de TV o Internet, o a ayudar a los hijos con los deberes. Que cumplamos eficientemente con las labores que debemos desempeñar. Que trabajemos con entusiasmo y con ahínco, sabiendo que del esfuerzo de todos dependerá sacar adelante a nuestras familias y al Ecuador entero, de una crisis que sin ese compromiso individual y colectivo será imposible superar.