Cartas de lectores

Rechazo a los sediciosos

No hay lugar para sediciosos que pretenden -a la brava- cogobernar.

A comienzos del nefasto correísmo, medios y analistas de opinión advertían del peligro que corría el país de convertirse en narcoestado, pues había evidencia de acuerdos con las FARC a cambio de apoyo económico para su campaña política. Ahí empezó la escalada de violencia y delincuencia que nos azota. Hay evidencia de la presencia de carteles del narcotráfico, que han contaminado todos los estratos de la sociedad, con el agravante de que jueces y abogados corruptos manipulan la justicia a favor de ellos. ¿Dónde están la ética y el respeto a la sociedad? ¿Por qué no reaccionan los colegios de profesionales, depurando de sus registros a los malos profesionales? ¿Y los asambleístas opositores al Gobierno? Han olvidado el cometido para el que fueron electos, y desgastan tiempo -que pagamos todos- en fraguar despropósitos para destituir al presidente Lasso, en vez de revisar, aportar y aprobar los proyectos de ley que propone el Ejecutivo y/o elaborar otros. Esta maldita herencia, enquistada sobre todo en el sistema penitenciario y cárceles, comete delitos y crímenes horrendos. Paradójicamente, los mismos facinerosos -autores y cómplices- que vendieron el país, ahora presionan al Gobierno para que solucione el problema. Utilizan a “dirigentes” -con deudas pendientes con la justicia y ajenos a las verdaderas causas de la patria- con el único propósito de desestabilizar, bajo la batuta del prófugo del ático. No hay lugar para sediciosos que pretenden -a la brava- cogobernar.

Leonardo Cueva Piedra