Radares y su emboscada

Lo más extraño de tanto operativo diario es el sector donde lo realizan

Uso diariamente la autopista Narcisa de Jesús, tramos en sentido Terminal Terrestre hacia Pascuales. En los 3 carriles centrales los vehículos livianos tienen limite de velocidad 90 km y si sale del puente a Samborondón, como en mi caso, y toma la vía a Pascuales, carril derecho, se entiende que si el carril central es 90 km y en el lateral para buses y camiones dice límite de velocidad 50 km en más de 8 letreros, para los livianos “se entendería” que es 70 km. Pero si se revisa con lupa solo hay un par de señales pequeñas, viejas y despintadas que dicen: 50 km Livianos y Motocicletas, similares a las de pesados y buses, que dicen también límite 50 km, creando confusión, lo que es aprovechado por los radares móviles casi todos los días. Lo más extraño de tanto operativo diario es el sector donde lo realizan: este tramo es una zona sin ninguna vivienda, negocio o transeúntes: es pura vegetación y zona desértica, por tanto una zona en que no se justifica en lo más mínimo esta baja velocidad. Cosa rara, ideal para parar a muchos vehículos sin ojos ni testigos molestosos.

Paremos estas prácticas que lejos de permitirnos ser mejores ciudadanos, respetuosos de leyes y ordenanzas, nos siembran rabia y coraje al ver cómo abusan de incautos y confundidos conductores.

Édgar Galarza Maldonado