La próxima Constitución (No. 21), ¿nos salvará del caos institucional?

Ya lo hicimos 20 veces. ¿La número 21 solucionará el caos institucional?

Una Constitución Política es la norma superior que rige la organización de una nación. Define valores, principios, derechos y deberes ciudadanos, así como la estructura del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y de Control ciudadano), su administración, régimen político y organización territorial. También representa un proyecto político de sociedad y nación, una hoja de ruta que da sentido al futuro común. 

A partir del acto fundacional del Estado pueden surgir desacuerdos o necesidades que lleven a reformas básicas o a nuevos pactos sociales, proponiendo una Constitución alternativa, generalmente aprobada en plebiscito. En el caso de Ecuador, a punto de cumplir 200 años como República (1830–2030), no hemos logrado ponernos de acuerdo en un proyecto de nación. 

Hemos aprobado 20 Constituciones -20 proyectos distintos de sociedad y Estado-, y ya se plantean voces que piden la número 21, como si cambiando el papel pudiéramos lograr los cambios estructurales que evitamos. Hemos creado una ‘democracia de caudillos’, no una democracia institucional. 

Nuestra historia constitucional refleja, en muchos casos, la voluntad del líder de turno. Detrás de cada texto está el retrato del poderoso de la época, no el fortalecimiento de instituciones duraderas. Mientras prevalezca el personalismo no habrá constituciones reales ni democracia auténtica. Seguiremos teniendo ‘repúblicas de chiste’. La sociedad ha sido testigo del paso de élites políticas sin un verdadero proyecto nacional. La falta de una clase hegemónica portadora de ese proyecto ha impedido consolidar un Estado nacional fuerte. 

Las facciones que han disputado el poder no han logrado una hegemonía política y moral que cohesione al país. Hoy la mayoría de la sociedad está de acuerdo en eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y reformar el Consejo de la Judicatura, entre otros cambios. Pero, ¿realmente se necesita una nueva Asamblea Constituyente para eso? ¿Otro grupo de iluminados que repita lo hecho 20 veces? Para modernizar el IESS o combatir la corrupción en CNT o Petroecuador no se necesita otra Constitución, sino decisión política. Basta de autoengañarnos escribiendo lindos textos que nunca cumplimos. 

Ya lo hicimos 20 veces. ¿La número 21 solucionará el caos institucional? ¿O es momento de hacer los verdaderos cambios estructurales y no solo escribirlos en papel? ¿Cuándo aprenderemos de la historia?

Iván Fernández Espinosa