Prime la sensatez y se repudie en las urnas las falsas propuestas populistas

¡El escepticismo, una epidemia más para los ecuatorianos!

Con alto grado de escepticismo se acerca el 5 de febrero, día de elección de prefectos, alcaldes, vocales juntas parroquiales, vocales del CPCCS y de consulta popular. La incertidumbre que vive el país ha llevado a que la gran mayoría se haya acostumbrado a no confiar en la política, en los políticos, en las instituciones y en quienes las presiden. Un escepticismo reflejado en varias encuestas de opinión con mala imagen de los candidatos (con honrosas excepciones) lleva a que la gente siga concurriendo a las urnas por inercia, sin convicción alguna de que los elegidos ayudarán a modificar el deteriorado andamiaje institucional. Se votará por una consulta popular inconclusa, con conocimiento de que existen candidatos probos y honestos, y otros que parecen llevar en su ADN la indecencia, lastres herederos o marionetas de caudillos. El escepticismo evidencia ante la opinión pública la carencia de líderes que convoquen, de partidos y movimientos coherentes y sólidos, y que tengan la convicción de salvar nuestra frágil democracia. Mira el ciudadano con desconsuelo la vanidad y arrogancia en ciertos dirigentes que buscaron pactos para mantener el poder político, aunque se hunda el país. Reconstruir nuestra sociedad con andamiajes sólidos que recuperen la confianza institucional es un compromiso ineludible del elector que repudia el populismo, el revanchismo social, la demagogial. Ojalá en estas elecciones prevalezca la conciencia sobre el sectarismo. ¡El escepticismo, una epidemia más para los ecuatorianos!

Ec. Mario Vargas Ochoa