Pongamos la perspectiva de infancia sobre la perspectiva de género

En Ecuador el secuestro parental no es delito y ser niño es difícil por la violencia

Dana Ramos, la niña que fue secuestrada y asesinada por su padre policía, es una tragedia. Pero lo que está haciendo el feminismo con esta tragedia es instrumentalizar su muerte. Usa una táctica que se asemeja a la catapulta genovesa, máquina de guerra que fue modificada para lanzar proyectiles y también sus propios muertos. En lugar de proyectiles, arroja cifras de muertes como un arma retórica. Esta táctica es deshumanizante y no aborda la causa subyacente de la violencia contra las mujeres. Nace así un ciclo vicioso: se alimenta de la tragedia y no quiere ver su fin. No es un problema de género, Ecuador es violento, con más de 500 niños asesinados. Desde 2000 hasta 2022, 38 mil hombres murieron por homicidio. Los homicidios contra mujeres en el mismo periodo fueron 4.800. Casos como el de Mel, Salo y Humbertito; todos fueron asesinados por su madre, excepto Humbertito. Con esos casos hicieron de la vista gorda. En Ecuador el secuestro parental no es delito y ser niño es difícil por la violencia. En Playas se venden niños en redes sociales por $ 6.000. En 2020 hubo 200.000 alertas de explotación sexual infantil. Al año hay 1.800 denuncias en ciberdelitos: el 8 % corresponde a ‘grooming’ y el 39 % de desaparecidos son menores de edad. La justicia con perspectiva no es justa, no lleva apellidos. Pero la excepción es la infancia; siempre debe estar por encima el bien superior del menor.

Martín Mora