Países bajo: muy bajos y miopes

Esa bajeza de miras, esa miopía, casi ceguera respecto a sus propios intereses a corto plazo, puede resultarle fatal a mediano o largo plazo para su necesidad vital de subsistencia.

Pocos países en el mundo necesitan como la antigua “Holanda” una gran y sólida cooperación con otros. De ahí que fuera de los 6 fundadores de la Unión Europea. Sus 17 millones de habitantes en solo 41 mil km cuadrados, una de las mayores densidades del mundo, le obligan a importar gran cantidad de alimentos. Ese territorio, en gran parte a nivel o bajo el nivel del mar, lo hacen muy vulnerable. Solo podría sobrevivir su pueblo con ayuda exterior. Sin embargo, recibiendo tantos beneficios de la UE no ha tenido empacho en convertirse en paraíso fiscal que empobrece a otros países de la Unión, ofreciendo ventajas indebidas a terceros países, contra el art. 116 de la UE, hoy en trámites de aplicárselo en su contra. No contento con ello y pese a su alto nivel de vida (“paradisíaca” en parte por ese sucio ‘dumping’), este país se opone como nadie en la UE a la ayuda humanitaria a los países más afectados por COVID-19. Monumental muestra de avaricia, “justificada” por su mentalidad racista hacia los países del sur, en especial hacia España, pese a que su independencia data del 26 de julio de 1581 y fue reconocida el 30 de enero de 1648. Esa bajeza de miras, esa miopía, casi ceguera respecto a sus propios intereses a corto plazo, puede resultarle fatal a mediano o largo plazo para su necesidad vital de subsistencia.

Martín Sagrera Capdevila