Noche y vida de paz

Todos podemos pasar por períodos de alteración en nuestros pensamientos y sentimientos que pueden tener efectos negativos sobre el cuerpo, la mente y nuestras relaciones.

En esta época navideña, el Niño Dios, con su carita inocente, nos invita a dejarlo pasar a nuestro corazón; no le neguemos la entrada poniéndole seguro a las puertas de nuestra razón. Solo Él puede traer la verdadera paz y libertad para que tratemos con valoración y respeto a los demás.

Hagamos que esta noche de paz no sea solo eso (una noche), sino que la vida cotidiana sea tal que nos beneficie en todos los sentidos.

Miguel Ulloa Paredes