Mi país, una bomba de tiempo

Prevalecen las balas, extorsiones, sicariatos, corrupción a todo nivel

Los ecuatorianos nos acostamos luego de ver una película de guerra de ciencia y ficción, pero despertamos de la ficción y la convertimos en realidad asesina. Santa Marianita de Jesús dijo unas frases célebres: “El Ecuador no se acabará por los terremotos sino por los malos gobiernos”. Acertado su pronóstico hasta la actualidad. Vemos cómo eliminan a personas, candidatos para algún sitial público cuya única arma mortal y asesina es su discurso benévolo para sacar adelante a nuestro país. Vivimos en un campo minado y dominado por los cuarteles de los capos, donde damos un mal paso y volamos como fuegos artificiales. Prevalecen las balas, extorsiones, sicariatos, corrupción a todo nivel, una justicia vendida y secuestrada, sin democracia sino desgracia por parte del Estado, con pésames a familiares con discursos trillados y falsas esperanzas. Se previene antes de lamentar: para evitar un embarazo no deseado se usa un sombrero de látex; para bañarse en la piscina, sacarse la ropa. Moraleja: ”Hace falta más testosterona en dualidad con las neuronas” y usar el arma poderosa del látigo de la tinta.

Javier Valarezo Serrano