Los diarios y medios de comunicación han comentado sobre los problemas de transporte público que afectan la movilización de Guayaquil. Ello me ha motivado a plantear una alternativa de solución. La autoridad municipal de Tránsito debe encontrar una solución definitiva al sistema de transporte masivo, cuyos buses son obsoletos, mal mantenidos, sujetos a accidentes e incendios; se han transformado en chatarra, convirtiéndose en un calvario que sufren día a día los habitantes de Guayaquil que obligatoriamente, por no tener otra alternativa, deben usarlos. El alcalde tiene la solución en sus manos repotenciando la Aerovía, convirtiéndola en un metrocable de uso público masivo, como el de Medellín. 

Este transporte aéreo suspendido sería la solución más factible, rápida, eficiente, rentable y menos costosa en su construcción y puesta en marcha. El trazado o ruta podría seguir la misma que tiene la actual Metrovía, pudiendo construir las nuevas estaciones de acceso con los planos y modelos de las que tiene la Aerovía en la Plaza Centenario, de las calles Quito y 9 de Octubre; la que está frente al Cementerio, en la calle Julián Coronel y la de los Cuatro Mosqueteros, frente a Malecón 2000.

Los buses alimentadores deben seguir operativos, trasladando a los ciudadanos hacia las estaciones de la Aerovía. La Metrovía debería seguir prestando servicio, siempre y cuando adquieran nuevos buses articulados, climatizados y, de ser posible, eléctricos; administrados y operados por la misma empresa concesionaria que administra hoy la Aerovía.

Enrique Chávez Pino