La mejor medicina

La salud es un estado de bienestar o de equilibrio. Vivir sano permite vivir más y mejor. Jamás pensemos que el dinero, lo material, lo tangible e intangible que custodiamos con tantas ansias nos devolverá la vida. El dinero puede comprar la medicina pero no la salud. En momentos de una terrible enfermedad o de un virus como el que vivimos actualmente, el único cómplice de nuestros pecados es nuestra cama. Le confesamos todo y nos escucha sin reprendernos. Solo la fe inclaudicable ante Dios es la mejor medicina y pasaporte para seguir viviendo. Actitud positiva, fe, obediencia, buena alimentación espiritual y perdón: los pilares para levantarse cómo lázaro de un hospital.

Javier Valarezo Serrano