Una sociedad desobediente es rebelde y la rebeldía trae comportamientos subversivos. El libre albedrío es la capacidad de cada individuo para tomar sus propias decisiones. El libertinaje es arma de doble filo. Donde comienzan los derechos de los otros, terminan los nuestros. Cuando sigues el plan de Dios las cosas salen bien, pero cada vez que ignoras su manual, todo se desmorona. La imposición es la exigencia desmedida con que se trata de obligar a alguien; la mofa, el miedo que emplea el ignorante acomplejado para sentirse sabio. La ignorancia es madre de la maldad y de todos los vicios. El miedo es la herramienta que nos gobierna. Vivimos en shock, sin leyes equitativas.

Javier Valarezo Serrano