Las lágrimas de Rita

Lo raro es que se llevaron hasta el cartón que les puse

En un parque cerca a mi casa, el 22 de julio (2022) abandonaron a una gata con sus cuatro hijos de aproximadamente un mes, edad en la cual su visión no es completa. Puse un cartón grande con periódicos para que estén cómodos y se cubran del sol y el frío. Desde ese momento, mi objetivo fue alimentar e hidratar a la gata, ya que los cachorros aún lactaban, hasta adecuar el sitio para mejorar su estadía y darlos en adopción responsable.

A la gata la bauticé como Rita. A las 23:00 del 24 de julio un chambero se robó su cartón y los cinco felinos quedaron a la intemperie. El 25 apareció un supuesto dueño de Rita que deseaba llevársela, pero no quería a los bebés “no deseados”. Me opuse y le pregunté: “¿por qué no la esterilizó antes?”. El 26 y 28 desaparecieron dos gatos. El 29 una mujer, sin ser del sector, ofertó a los gatos a quien pasaba por ahí , sin conocer referencia alguna sobre la calidad de tenencia responsable de animales de tal individuo. Ellos no eran muestra gratis.

El 30, supuestamente personas pertenecientes a una fundación se llevaron los dos gatos restantes y dejaron a Rita, cuando es vox populi que reemplazar alimento es complejo y caro porque si no es desarrollada como corresponde y con productos de calidad garantizada (no con inventos), la mascota muere. Lo raro es que se llevaron hasta el cartón que les puse.

Marysol del Castillo