Jesús, el mejor Maestro

Por eso se dice que la vida de Jesús fue radical y hermosa; sus enseñanzas también fueron radicales y hermosas. Imitemos a Jesús, por ser el mejor maestro

A Jesús le decimos Maestro pero no seguimos su pedagogía ni sus enseñanzas, porque él es capaz de reducir un tema complejo a lo esencial y presentarlo de manera que parezca sencillo. Todo lo que Él enseñaba se les hacía fácil a quienes lo oían, por eso leer los evangelios es hacer un recorrido por la mente de Dios. Cuando Jesús se encuentra con una persona su conversación es sobre lo que le interesa a Dios; se enfoca en la conversión del corazón más que en conductas externas. Este era el motivo para enseñar con parábolas y así poder trasmitir con pedagogía, como verdadero maestro, lo que hay que pensar y practicar en la vida terrena para agradar a nuestro Padre Dios. Hay personas que piensan que vivir el Evangelio puede ser difícil pero si comprendemos que esas ideas salen de la mente de Dios será fácil entender lo que se está leyendo con un corazón dócil, en seguir su Santa Voluntad. La Virgen María tenía un nivel elevado de conciencia espiritual. Ella guardaba todos los acontecimientos de la vida de Jesús, su hijo, para meditarlos en su corazón, como su mayor tesoro. María fue la primera persona que consideró el Evangelio porque fue testigo de la vida y enseñanzas celestiales. Por eso se dice que la vida de Jesús fue radical y hermosa; sus enseñanzas también fueron radicales y hermosas. Imitemos a Jesús, por ser el mejor maestro.

Martha Reclat de Ortiz