La inmensa utilidad de la ilusión

Los pensamientos o ideas que de niños nos hacían soñar, de adultos nos parecen cosas vanas, ilusiones. ¿Qué es la ilusión? Podría ser lo más poderoso que puede emitir el cerebro y es tomado por los adultos como algo vago, una creencia sin valor e inútil. Equívocamente la despreciamos y nuestro cerebro la va perdiendo al paso de los años. Por ese equilibrio psicológico se sostiene nuestro intelecto para poder de crear vida, canto, danza, poesía, arte e inventar formas nuevas de vivir. Si le prestáramos la debida atención comprenderíamos que en ella está la fuerza del amor, del poder hacer espontáneamente. De jóvenes, adultos o en la vejez la desechamos, en vez de compaginarla con la sapiencia. Ignorando nuestras potencialidades mentales hacemos lo contrario, por ello se tornan en fiascos los proyectos que se acometen. En la acepción del diccionario es “interpretación incorrecta de la realidad debida a una percepción errónea de los datos”. Asimismo, prestantes estudiosos en fauna doméstica han posicionado la idea de que se puede calmar el frenesí con la presencia de los gatos. Y se utilizan perros para niños con problemas de desarrollo o compañía a personas de 3era edad, etc. Apreciamos todas esas terapias para hacer la vida del hombre placentera. Quizás por tener a los niños muy cerca y ser parte de nuestro tránsito del desarrollo existencial, hemos pasado por alto o no le hemos dado importancia a la ilusión. Nos hemos ocasionado un tremendo mal al evitarnos a soñar. En algún tiempo se sabrá de la inmensa utilidad que tiene para la vida de los hombres.

César A. Jijón Sánchez