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¡Y se hizo la luz!

Este es el pensamiento que debemos mantener en la mente a lo largo de nuestra vida. Es la chispa de sabiduría y alegría que vive en nuestro interior y que nos fue dada al recibir el Bautismo. Pese a las vicisitudes que se presentan a diario, agudizadas por la crisis de valores y de salud que azota al mundo como espada de Damocles, es imperativo implorar a Dios para que tenga misericordia de la humanidad. Que toque nuestros corazones y nos libere de la ambición desmedida enquistada en casi todos, que degrada y desangra porque obedece al maligno y no al Creador. Comencemos cada día con una sonrisa plena, agradeciendo al Todopoderoso porque estamos vivos... Contagiemos nuestra alegría a todos quienes nos rodean. Ellos seguirán en esa espiral de optimismo y el contagio de felicidad aumentará. Aquí se produce el milagro de la luz: se ilumina nuestro interior y nos damos cuenta de nuestros errores y debilidades, de nuestra miseria humana que atenta contra la razón y la verdad; tanto, que comenzamos a cuestionarnos y a tratar de enmendar nuestra conducta errada, basados en el perdón. Se inicia así una sanación mental y física, y en lo espiritual crecemos hasta el infinito. Pensemos primero en los demás, así multiplicaremos fuerzas para fabricar paz y vivirla a plenitud; sin intereses desmedidos ni revanchismo, características de mentes enfermas, desquiciadas por ansiar poder y gloria sin merecerlos. ¡Y se hizo la luz... este 2021! Los ecuatorianos ya estamos de rodillas ante Dios para que nos ilumine y elijamos a un presidente que con respeto y dignidad ame al país y a la vida de cada uno de nosotros.

Myrna Jurado de Cobo