La ciudad de Guayaquil en tiempos no tan lejanos se ha preocupado de siempre estar limpia y bien cuidada, en lo que en general a los edificios y villas se refiere. En lo que respecta a las construcciones de vivienda, podemos recordar cuando el ingeniero León Febres-Cordero en su paso por la Alcaldía de la ciudad hizo retroceder a todas las construcciones que no habían respetado la línea de fábrica en toda la ciudad, obligando a sus propietarios a demoler las cercas que daban hacia la calle y respetar la ordenanza vigente al momento, con lo cual la ciudad ganó espacios en las veredas para la libre y cómoda circulación, en diferentes urbanizaciones de Guayaquil, como Urdesa y Miraflores.

Existen o existían las ordenanzas que obligaban a los propietarios de los edificios a que fuesen pintados por lo menos una vez al año, para que en las fiestas de Octubre tuviésemos una ciudad limpia y bien cuidada, para la circulación de los visitantes de nuestra querida urbe. Creemos además que a la autoridad Municipal lo primero que tiene que hacer es aplicar la ley existente y multar a los que no la cumplen, todo esto no tendría nada de raro si pensamos que nuestra ciudad recibe a personas de todo el Ecuador. De esta manera sí nos sentiremos orgullosos de vivir en una ciudad cosmopolita, que es a su vez orgullo de nuestra patria, el Ecuador.

Édgar Diminich Miranda