Cartas de lectores

Grave inseguridad social

Las áreas más olvidadas del país, con pobreza generalizada y violencia, como los territorios fronterizos del norte, sur, este y oeste, han sido tomadas desde hace muchos años por el narcotráfico internacional. Los problemas estructurales como desnutrición infantil, desempleo, bajos salarios, falta de vivienda, agua, funcionan como caldo de cultivo fértil para el auge delincuencial y convierten al país con la ola delictiva en una virtual bomba de tiempo. Guayaquil, Portoviejo y Machala figuran entre las urbes más peligrosa por los alarmantes niveles de criminalidad, cuyo origen está en el narcotráfico. Los promedios de homicidios y sicariatos diarios a nivel nacional hacen pensar en guerras entre bandas de narcotráfico y microtráfico criollas que obedecen consignas de Colombia, Venezuela y México. Dos cárteles mexicanos han sentado bases en Ecuador: Sinaloa y Nueva Generación, y controlan a Los Choneros y Tigerones. Fruto del accionar de estas bandas mafiosas bien organizadas, han emergido una serie de delitos como el sicariato. La violencia cotidiana ha pasado a ser un problema muy grave en el país. Otros gobiernos han encontrado soluciones tibias, poniendo alumbrado público en zonas rojas, construyendo canchas de fútbol, vóley o básquet en barrios marginales. Hay que concentrar la lucha en el combate al narcotráfico, con lo que se eliminarían muchos delitos y la descomposición social y moral del país. Dictar cursos para jóvenes y luego contratarlos ampliando la DEA criolla, dando empleo positivo para que cooperen en la lucha contra este grave flagelo.