Fríamente calculado...

¿Qué puede esperar entonces el ciudadano de a pie?

El título es repetición de una frase trillada de un añejo programa de TV. Resulta muy preocupante la manera cómo ocurren distintos eventos en esta nación. Pareciera que mucho de ello estuviera sincronizado para mal de los ecuatorianos. Según las redes, sincronización es el acto y el resultado de propiciar que dos fenómenos o acciones resulten coincidentes en el tiempo o se organicen según un determinado orden y se atraen entre sí, sin ser producto de la casualidad. ¿Cuánto de los problemas y afectaciones ha sido provocado de manera inteligente -aunque cruel- por personas y sus élites, por afán desmedido de enriquecimiento, sin importar el costo que deba abonar la mayoría? Son actos perversos, sin ningún viso de penalidad o castigo, pues de la misma manera, los sistemas responsables de ejercer supervisión, control o punición también están controlados por esa falacia sincronizada. ¿Qué puede esperar entonces el ciudadano de a pie? Aquel que no tiene dinero ni padrinos, que no goza de ningún privilegio pero se refugia esperanzado en que algún día un líder político le ofrezca otra sincronizada falsedad y, de manera absurda concurra a las urnas, como quien acude a un paño dónde secar sus lágrimas, pero esa tela hace rato está impregnada de evacuaciones adornadas de filigranas. Es hora de despertar o nos arrastra la corriente. 

Ricardo López González