El final de la peste

Otra ayuda vendría del periodismo serio, pues impide que el pánico generalizado nos vuelva frágiles y vulnerables.

Recordemos la fábula en la que un rey árabe al atravesar el desierto se encontró con la peste. Al verla le interroga: - ¿A dónde vas tan deprisa?

-Voy a Bagdad. Pienso llevarme unas cinco mil vidas.

Días después, el rey volvió a encontrarla y muy enfadado le dijo: -¡Dijiste que te llevarías a cinco mil personas y murieron cincuenta mil!

-Yo no te mentí, respondió la peste. -Yo me llevé cinco mil vidas… fue el miedo quien mató a todos los demás.

Parece que no ha actuado solo el miedo frente a la pandemia, ha incidido, además, la ignorancia, desidia, falta de solidaridad social y quemeimportismo individual, que siguen alargando el mal pese a los esfuerzos de entes de salud y otros organismos. La ignorancia y otras falencias de orden psíquico, como el desacato, vencieron al miedo. Ello demuestra cuán importante es revisar planes y programas de educación para que incluyan contenidos de responsabilidad ciudadana. El Ministerio de Educación tiene la última palabra. Como en otro mito, el de Pandora, se espera que aparezca, después de tantos desatinos, como una luz que guíe a la ciudadanía a buscar en sus raíces a: saber manejar, dar auténtica dimensión y límites, aprender a reaccionar, y aceptar con resiliencia en los casos necesarios. Otra ayuda vendría del periodismo serio, pues impide que el pánico generalizado nos vuelva frágiles y vulnerables.

Ricardo Fermín López González