La falta de placas, una situación impresentable
Basta recordar el desorden del Registro Civil, la precariedad de los controles tributarios o la informalidad del manejo aduanero para apreciar que las cosas han cambiado; ya no es frecuente escuchar que por falta de material no es factible obtener un documento público o certificación. Mas estas mejoras parecerían aún estar ausentes del ámbito vehicular. Las placas de los vehículos son esenciales para la circulación; es lógico que ningún vehículo circule sin ellas, más aún cuando su fabricación es plenamente programable al amparo de las estadísticas de comercialización.
Pero es una realidad latente que afecta a comercializadores y adquirientes de estos bienes, los que a pesar de haber gestionado una compraventa se ven impedidos de entregar/recibir el vehículo adquirido, pues la falta de placas genera impedimentos de circulación. Si esta problemática fuera aislada entenderíamos que se trata de un caso fortuito, sin embargo es un problema recurrente de muchos años, al que aparentemente nadie encuentra solución.
Ciertos municipios han ideado esquemas particulares para solventar estas deficiencias, pero ninguna se encuentra formalmente establecida como mecanismo legal de contingencia, por lo que los usuarios quedan a merced de autoridades de control que bien pueden considerar que el vehículo no se encuentra habilitado para transitar libremente, con las consecuentes sanciones. Que los responsables den solución a este problema administrativo básico de su gestión.
Manuel Murtinho Córdova