Educación de ayer vs. la de hoy

Parece ser una competencia; más bien es una decadencia. Hoy en educación no hay verdadera intención de corregir, de orientar. Tanto en los niveles básicos, como en la escuela, como en el hogar, en los tres últimos lustros han decaído los valores, hasta en los mismos padres. Tal vez no estemos conscientes de que la educación de ayer fue mejor, porque se ofrecía más tiempo, dedicación, orientación, acercamiento familiar y mejor convivencia intrafamiliar. Se ha dicho: “educar al niño para no castigar al hombre”, y no es la fuerza la que educa, no es el castigo; a veces es ponderativo, es verdad, pero, ¿quién educa? Sencillo: los padres, la familia, pero, ¿cómo? Con la práctica de valores humanos, que es una decisión diaria en el hogar (padres, hermanos, tíos, abuelos). La educación básicamente es de toda la familia: “educa bien al niño para asegurar su futuro”. Es una tarea de aprendizaje permanente, en el seno del hogar y fuera de él. Si la vida misma es una constante, la educación también, y evitaremos comparar la educación de ayer con la de hoy.

Manuel D. Rodríguez Tapia