Economía circular: un reto en el paradigma de producción y consumo

Si nuestra misión se combina con la acción podemos lograrlo

Acelerar la transición a un modelo de economía circular regenerativa y cambiar los hábitos del actual paradigma de producción y consumo evitaría la generación de residuos y minimizaría los impactos hacia nuestros recursos naturales. Sin embargo, nos comportamos y manejamos nuestras economías como que si nuestros recursos nunca se agotaran; es lo que llamamos economía lineal, basada en la extracción, desperdicio masivo, contaminación y destrucción de los ecosistemas. El daño nos rodea totalmente, ya no puede ser ignorado pero, ¿podemos hacerlo mejor? ¿Qué pasa si esa línea recta se convierte en círculo; si en lugar de coger, fabricar y desperdiciar, canalizamos esos residuos para mantenerlos el mayor tiempo posible? Lograríamos regenerar los sistemas naturales y se convertiría en una economía que no se acaba. Un ejemplo muy llamativo y muy útil en muchos aspectos en nuestras vidas es el plástico, no obstante acaba en lugares en que no debe estar: ríos y océanos. ¿Por qué fabricar algo que se va a convertir en residuo, sabiendo que millones de toneladas de desechos plásticos se filtran en el medioambiente todos los días? El plástico es un área clave, un gran desafío que requiere un verdadero cambio sistémico y la participación de todos los sectores de la sociedad. Hay que abordar estos restos enfocándose en las causas, centrarse en regenerar nuestros recursos, mejorar el clima, para que las futuras generaciones reciban un planeta más saludables, con una economía próspera que crezca en armonía con la naturaleza y no contra ella. Si nuestra misión se combina con la acción podemos lograrlo; para ello la política debe responder con urgencia crítica a la crisis climática.

Vicente Mera Molina