El 23 de noviembre, en carta, el Dr. Santo Ardila indica: “en la actualidad cualquier persona es docente”, haciéndonos recordar la nefasta disposición de R. Correa cuando “invitó” a cualquier profesional, de cualquier carrera, para que “imparta conocimientos” en los establecimientos fiscales del país. Los resultados han sido los casos de abusos y acosos sexuales, y la pésima metodología. Pedagogía y didáctica son condiciones primordiales para quien no ha tenido formación docente. Hoy en la educación encontramos desigualdad, elitismo, dificultades. Es más valorada cualquier profesión que ser maestro. ¿Por qué no empezamos los propios profesionales a valorarnos más y aportamos nuestro granito de arena para cambiar esto? El maestro sobre todo debe formarse como docente, lastimosamente en nuestro país eliminaron los normales, que formaron verdaderos maestros. Debe implementarse centros pedagógicos para que universitarios se conviertan en agentes efectivos del proceso de aprendizaje. El compromiso social va más allá de la transmisión de conocimiento, más cerca de la creación de valores, de acompañamiento en el crecimiento, en la formación de la personalidad, en la capacidad de toma de decisiones. Los maestros debemos ser partícipes de la construcción de un nuevo mundo, fomentando la creatividad y la imaginación, forjando carácter y proporcionando herramientas para desenvolverse.

Dr. Eduardo Barros Villacís