Una democracia imposible
Nada más justo y merecido que el que ellos también pierdan la libertad
El país que más países ha invadido a otros -si lo sabremos los españoles-, es decir, Inglaterra, “regaló” un territorio que no era suyo a una arcaica minoría religiosa, que se apoderó de él por los más clásicos métodos terroristas, atrayendo masivamente después a más miembros de su secta y matando y oprimiendo desde hace muchas décadas, a sus legítimos dueños. Secta que incluso ha tenido el descaro de proclamar esa tierra Estado racista, superando en casi todos los aspectos a lo que llegó a ser Sudáfrica.
Sin embargo, esos despiadados invasores todavía tienen el valor de presumir de constituir una democracia de tipo occidental, y ahora mismo se están quejando con manifestaciones sin precedentes de las dictatoriales leyes contra los jueces que está imponiendo su ultraortodoxo presidente, siguiendo en parte ya las bárbaras órdenes inspiradas por su divinidad. Nada más justo y merecido que el que ellos también pierdan la libertad que han arrebatado desde hace tanto tiempo sangrientamente a los legítimos habitantes de ese desgraciado país.
Dr. Martín Sagrera Capdevila