Cartas de lectores

Delincuentes

Los abogados, incluidos los jueces, están para impartir justicia, lo que no solo es apegarse a la ley, sino el equilibrio entre lo que cada uno merece frente a la sociedad

Es delincuente cualquier persona que comete un delito. Delito es una acción antijurídica, imputable, sometida a sanción penal. Cualquiera, por desconocedor que sea de términos jurídicos, y basado en los comentarios que se han publicitado en la prensa, deduce que es un delito la liberación del exvicepresidente Jorge Glas. No ha habido autoridad alguna del Ejecutivo, ni del Legislativo, ni de la función Judicial, que haya dado explicaciones claras sobre este acto, lo que lo transforma en un verdadero bochorno para la sociedad. Se ve en prensa la satisfacción en rostros de asambleístas, sonrisas socarronas de abogados complacidos de cometer delitos, salir impunes y jactarse de esos "logros", cual si fuera mérito para su ejercicio profesional. Los abogados, incluidos los jueces, están para impartir justicia, lo que no solo es apegarse a la ley, sino el equilibrio entre lo que cada uno merece frente a la sociedad. Lo ocurrido es un acto antijurídico, susceptible de sanciones. Vemos con espanto cómo actores de la función Judicial se parapetan tras el concepto de que deben actuar en derecho, sin emitir siquiera una opinión, a lo que su jerarquía obliga, como encargados de garantizar la aplicación de la ley e impartir justicia. Ecuador, lamentablemente, camina directo y "en derecho" hacia una debacle social. Estas inactividades dejan libre el actuar delincuencial de un sector profesional que en lugar de combinar ley y justicia, hace uso de la ley, distorsionándola a su antojo, para fines protervos y antisociales, como verdaderos delincuentes que se vanaglorian de encontrar recovecos para burlar la ley y burlarse de la sociedad. 

Ing. José M. Jalil Haas