Cartas de lectores

Combatir por la patria

Quienes digan que los cubanos somos cobardes o apátridas son unos ignorantes o unos miserables

Se cumplen 63 años del fatídico enero de 1959 en que una abigarrada columna de guerrilleros harapientos bajaron de las montañas con el plan diabólico de robarnos la libertad, la prosperidad y la patria. Su jefe era el mismo diablo encarnado que con gestos mesiánicos y fingida humildad cautivó a multitudes de analfabetos políticos. Fuimos muy pocos los que nos negamos a ser parte de aquella comparsa macabra que desde sus inicios bautizó con sangre un reino de terror que se prolonga hasta hoy. Puedo decir con orgullo -a mis 84 años- que nunca fui fidelista y me he prometido seguir trabajando por la libertad de mi patria hasta el último aliento de mi vida. Ese es el mismo testimonio heroico de un pueblo cubano que todavía se enfrenta -con diferentes armas y métodos- a la tiranía más larga en la historia del mundo. Desde el principio de la pesadilla hemos combatido en montañas, valles y guardarrayas. En guerrillas y clandestinidad. Con balas y con palabras. En Cuba y el resto del mundo. Se han inmolado millares de nuestros mejores hijos, han sufrido prisión centenares de miles de cubanos y millones de exiliados hemos sido privados del placer y el derecho a vivir y morir en la patria que nos vio nacer. Quienes digan que los cubanos somos cobardes o apátridas son unos ignorantes o unos miserables.

Alfredo Cepero