Cartas de lectores: ¡Nunca es tarde para volver a empezar!

Queremos saber también si el flamante ministro del Deporte ya tiene presupuestado cuánto entregará este año a cada una de estas federaciones

Quienes me conocen saben que pertenezco a una ya escasa generación de comunicadores, siempre preocupada, casi obsesivamente, por el futuro del deporte ecuatoriano. Y que desde esta trinchera a la que regreso luego de casi cuatro años de pandemia, quiero decirles a los que buscan sanamente el desarrollo de la actividad física, que mi preocupación mayor se basa en que hay que tomar pronto todas las medidas correctivas más urgentes ya que, así como están las cosas en este país, donde la moral y el arrepentimiento pasaron de moda, a lo mejor el futuro no podrá existir.

Hace pocos días me enteré de que la Liga del Sur, considerada por un gobierno anterior como centro de alto rendimiento, pese a que nunca le dio un centavo para nada, estuvo realizando un torneo de softbol modalidad lanzamiento rápido, con aval de la Federación Ecuatoriana de este deporte. Otra noticia que me llenó de mucha alegría es la del automovilismo deportivo, que estaba abandonado desde que falleció Teófilo Bucaram, pero que ahora tiene el apoyo del Dr. Roberto Gilbert Febres-Cordero, quien también es amante del tiro práctico, ciclismo de ruta y las competencias de lanchas a motor fuera de borda, las que antes se realizaban con gran suceso para las fiestas de la ciudad en el majestuoso río Guayas y en las riberas del moribundo estero Salado.

El deporte guayaquileño tiene escenarios maravillosos para el béisbol, como el Yeyo Úraga, el coliseo cubierto para boxeo, baloncesto, tenis de mesa, pesas y gimnasia rítmica. El estadio para fútbol Alberto Spencer Herrera, la piscina olímpica Alberto Vallarino Benites. En fin, los porteños contamos con una infraestructura deportiva de primer nivel. Sin embargo, el mayor tiempo da mucha pena verlos vacíos. Habría que preguntar si todavía nos quedan dirigentes con los pantalones bien puestos para que hagan funcionar estas hermosas actividades deportivas.

Queremos saber también si el flamante ministro del Deporte ya tiene presupuestado cuánto entregará este año a cada una de estas federaciones, que deben ser fiscalizadas porque es dinero del pueblo lo que reciben. Me quedan otras disciplinas, que también merecen muchas felicitaciones, como el deporte blanco, pero eso será, si Dios lo permite, para una nueva entrega. Que el tintineo de la Navidad y la Nochebuena siga siendo el motor que mueva a los dirigentes y deportistas ecuatorianos que buscan el progreso de la patria.

José Emilio Ruiz Ortiz