Cartas de lectores | Queremos una Guayaquil que trabaje para el futuro
Sin embargo, el alcalde que tenemos los porteños está lleno de problemas legales
Guayaquil seguirá siendo la capital económica del país y por ello debemos seguir haciendo esfuerzo, acompañándola con solidaridad. Queremos que se vea la constancia y el empeño de quienes producen junto a los maestros que educan con paciencia al futuro de la patria. Queremos que las prefecturas y municipios fomenten espacios donde las nuevas generaciones encuentren oportunidades de divertirse, donde la inclusión y el reconocimiento reemplacen la precariedad y el silencio. Sin embargo, el alcalde que tenemos los porteños está lleno de problemas legales, por el problema financiero que arrastra el cabildo y por la tozudez en querer hacer las cosas como a él mejor le parecen Nos causa mucha pena que una copia del ferrocarril ecuatoriano que instaló como biblioteca-café el exalcalde Ing. Jorge Perrone Galarza, poco a poco se fue deteriorando y nadie de la fundación ni del municipio pudieron tomar cartas en el asunto. Lleva un año que lo taparon con ‘plywood’ y no lo han arreglado, porque nadie les da dinero; mientras, los ciudadanos ya no tenemos espacios en el malecón si no pagamos. Todos conocemos que mientras el manso río Guayas sigue luchando por no morir, el estero Salado ya mismo cumple un año más de la tragedia que mató a tantas especies marinas que vivían en este lugar, como las garzas azules, que desaparecieron. Ya no son solo las aguas residuales que arrojan los habitantes de Urdesa, sino una mancha negra de combustible que todos saben de dónde proviene, pero que nadie mueve un dedo para señalar a los culpables. Guayarte es otro sector público en desastre, donde se levantan estatuas como la del radiodifusor porteño Carlos Armando Romero Rodas (CARR); pero está lleno de basura, mientras el alcalde pide plata al Gobierno nacional para “arreglar” el parque Samanes.
Otro ejemplo desagradable que nos obliga a reafirmar que los estamentos del Estado tienen podridas sus raíces lo tenemos en el IESS, donde hay enemigos del pueblo ocupando altos cargos, siendo dueños de empresas vinculadas con la salud, por lo que el negociado es redondo.
José Emilio Ruiz Ortiz