Cartas de lectores: A purgar se ha dicho

La Judicatura del Guayas se declara en emergencia porque no hay jueces aptos, la mayoría está procesada y los pillos son más

Mientras quien quedó al mando de la Asamblea Nacional (debido a una especie de fuga de su presidente, que suele evadir asuntos espinosos) despotricaba contra la fiscal de la nación, declarándola culpable de incumplir con las obligaciones inherentes a su cargo y destituyéndola antes de juzgarla, la vejada fiscal irrumpe en Guayas en los domicilios de jueces facinerosos, exasambleístas, exjefes de las Cortes, testaferros, secretarias, ‘suicidados’ y otras fichas, miembros de una organización criminal, preferentemente socialcristiana y de RC, y los trae a Quito para juzgarlos y encarcelarlos. Los apresados son parte de la manga de pillos que se lograron correr advertidos por el ‘campanazo’ de Correa, cuando se cumplía el proceso denominado Metástasis el 14 de diciembre de 2023 y que el 4 de marzo, una vez apresados, cumplirían igual castigo en el proceso titulado Purga.

Purga política o limpieza es la remoción o exilio de indeseables peligrosos, pero es también en el ámbito médico, la administración de un compuesto para defecar y limpiar el intestino. Se entiende que la fiscal, con Purga y purgante limpiará juzgados y cortes de malandrines, preferentemente socialcristianos y correístas, que conformaron una estructura criminal para llevarse lo que queda del país, con la dolosa protección de una bien remunerada mafia judicial.

Nadie va a votar por la destitución de Diana Salazar, salvo los pillos que ven peligrar los productos de sus peculados y sus mansiones mal habidas; hasta los cerebros más torpes están obligados a reconocer los méritos de una mujer valiente y legal, que contrasta con las pillerías de malandrines como Carlos Baca y Galo Chiriboga, vergüenza de la patria. El juicio contra la fiscal no es amor por el país ni corrección de algo mal hecho; con ese juicio miserable se quiere anular una voz dañina para los delincuentes que no encuentran en seis años un bandido que los saque de apuros, puesto que el único apto no puede venir porque es un descuidero perseguido que tiene que cumplir ocho años de calabozo, ¿no está claro?

La Judicatura del Guayas se declara en emergencia porque no hay jueces aptos, la mayoría está procesada y los pillos son más. Todos los abogados, incluido el Sr. Nebot, sabían de las maniobras e ilícitos del socialcristiano Muentes y durante muchos años no dijeron pío; ¿esto no se llama encubrir o enmascarar? ¡Pensar que el trabajo de Diana Salazar recién empieza!

Carlos Mosquera Benalcázar