Cartas de lectores | El parlante explotó
Al verlo, el niño salió gritando del lugar, perdiéndose por las calles del pueblo, rumbo al monte
Un individuo que se encontraba perdido en el alcohol instaló en el poblado un gran parlante para seguir escuchando pasillos, pasacalles y otros ritmos en plena Semana Santa, en una calle de Chanduy - Santa Elena. Dominado por el vicio y el demonio, convirtió la casa en un salón de diversión. Al pasar la procesión, de pronto el portón de su casa céntrica de Chanduy se cerró de golpe, ante un viento fuerte, y las ventanas se batieron solas. Al rato, el potente parlante explotó, botando humo por todos lados, sin lugar a ser reparado. Momentos antes se lo escuchaba a varias cuadras, con música de pasillos y valses de antaño. Un niño desconocido se acercó llorando para que lo dejen descansar en la casa. Su aspecto macabro motivó que el dueño de casa sacara un pequeño crucifijo labrado en madera de teca. Al verlo, el niño salió gritando del lugar, perdiéndose por las calles del pueblo, rumbo al monte.
De las memorias de Arnoldo Edevín Asencio Torres, de 80 años, de Chanduy. Relatos en homenaje a Chanduy en sus 164 años de ser elevada a parroquia.
Evelio Patricio Reyes Tipán