Cartas de lectores | El país requiere un plan de prevención de riesgos

La reducción de la vulnerabilidad es un objetivo del desarrollo sostenible, al mejorar la calidad de vida 

Los desastres naturales que se presentan en nuestro país incluyen inundaciones, sequías, aluviones, deslizamientos, terremotos, eventos relacionados con el fenómeno de El Niño, etc., que provocan grandes pérdidas materiales y humanas, con impacto grave en la economía. No es novedad que el país se encuentra en una zona geográfica de alta actividad sísmica y volcánica, vulnerable a terremotos, erupciones y condiciones climáticas extremas por falta o exceso de agua. A esto se suma el crecimiento no planificado en áreas rurales y urbanas. Es evidente que el país es vulnerable a desastres naturales. 

Frente a esta realidad se requieren acciones inmediatas durante y después de la emergencia, y también actividades de prevención lideradas por el Estado, junto con los gobiernos provinciales y seccionales. Es necesario reconocer las debilidades institucionales, la falta de preparación para atender y canalizar la ayuda, y la inexistencia de normas adecuadas durante la reconstrucción que incorporen criterios preventivos basados en la experiencia local y mundial. Esto permitiría implementar un plan de contingencia que contemple la necesidad de contar con una capacidad instalada que permita enfrentar adecuadamente los desastres antes, durante y después de los eventos. 

Por ello la reducción de la vulnerabilidad se convierte en un objetivo del desarrollo sostenible, al mejorar la calidad de vida en zonas rurales y urbanas, y facilitar la inversión y el rendimiento productivo. Para esto es necesario involucrar a las comunidades en la identificación de amenazas y vulnerabilidades en su territorio, analizar los planes de prevención y reducción de riesgos, y participar en la planificación, financiamiento y ejecución de las obras necesarias. 

La clave para minimizar los desastres es contar con un plan de prevención a nivel nacional. Mientras esto no ocurra, seguiremos lamentando las consecuencias de los desastres, donde suele destacarse únicamente la rápida acción de Fuerzas Armadas, Policía, bomberos y la ayuda internacional, que cumplen un rol importante en la evacuación y suministro de ayuda para aliviar la crisis. Las tareas de prevención son la base de un plan como el mencionado. Requieren inversiones con sustento técnico, económico y ambiental que encaminen al país al desarrollo sostenible y sustentable, para que noticias como la erosión del río Coca, deslizamientos o avalanchas dejen de ser rutina y se conviertan en hechos excepcionales.

Jacinto Rivero Solórzano