Cartas de lectores: La página negra de la ‘revolución educativa’
Perdimos nuestro trabajo y nuestras carreras profesionales
En 1941 Aurelio Baldor, un maestro cubano, editó su libro de Álgebra, célebre en Latinoamérica. La revolución comunista de 1959 proscribió la educación privada (’la depuración’) y Baldor perdió su colegio. Fidel lo expropió al no someterse a su régimen totalitario, perjudicando a más de 3.000 alumnos.
La receta fascista cubana de perseguir a maestros fue copiada al carbón por los revolucionarios del siglo XXI. En Ecuador, el correato intervino universidades con la misma trova cubana de la ‘depuración educativa’. Los maestros que no nos arrodillamos ante su corrupta tiranía fuimos despojados de nuestros empleos con leyes retroactivas y obligados a estudiar cuarto nivel en el desempleo.
Perdimos nuestro trabajo y nuestras carreras profesionales y nuestras vidas fueron arruinadas. Los farsantes correístas se ‘doctoraron’ de agache con títulos obtenidos con chantaje y extorsión. Toda la familia de Vinicio Alvarado, hermanos y padres, se graduaron de ‘doctores’ ¡con la misma tesis! Dar testimonio sobre la historia negra de la educación superior no es solo mi derecho, ¡es mi deber!
Paúl Tapia Goya