Cartas de lectores: Madre

El Día de la Madre debe ser un momento de reflexión para hacer un balance de cómo nos comportamos en todo el año

Unos hijos atienden a su madre todos los días del año, con una llamada telefónica, comprando sus pastillas para su dolencia o escuchando sus historias de vida; otros suben sus mejores fotos a redes sociales, pero en la vida real nunca la visitan. 

Hay hijos que ya son adultos, pero siguen viviendo a costa de su jubilación. Unos dicen a los cuatro vientos “madre solo hay una”, otros adultos mantenidos le gritan a su madre pensionada: “madre, solo hay una”, refiriéndose que solo hay una cerveza en la refrigeradora y no ha hecho las compras con dinero de su jubilación. 

En educación financiera un hijo responsable cuida de sus ahorros y controla el despilfarro para poder brindar a la madre paz y libertad financiera, o completar mensualmente con dinero las necesidades básicas de una señora de la tercera edad, o sacar tiempo del día a día para una llamada telefónica amorosa, sin llevar malas noticias o trasladando estrés o angustias de sus problemas personales. No esperemos el Día de la Madre para hacer regalos como compensación de lo que posiblemente dejamos de hacer todo el año o esperar a que fallezca para recién decirle que la amaban o que criaron a un buen ser humano. 

El Día de la Madre debe ser un momento de reflexión para hacer un balance de cómo nos comportamos en todo el año y realizar ajustes al andar en beneficio de nuestra progenitora. Tratar hoy de ser una mejor hija o hijo de lo que fuimos ayer. Un mejoramiento continuo en favor a ese gran ser humano llamada madre.