Cartas de lectores | La libertad de Milei
Milei conmovió a la mayoría de votantes de Argentina cansados del dominio de gobiernos populistas
El mensaje que llevó a Javier Milei al triunfo estuvo basado en la libertad en general y del mercado en particular; un discurso de vieja data que se configuró en la emergencia e instauración del sistema mercantil capitalista, cuya expresión ideológica fue el liberalismo que sirvió de motivación cultural de las revoluciones democrático-burguesas que derrocaron a las monarquías absolutistas e implantaron las repúblicas liberales. Pero la libertad que pregona Milei es su programa neoliberal de privatizaciones, supresión/limitación de beneficios sociales y servicios públicos prestados por el Estado. Milei conmovió a la mayoría de votantes de Argentina cansados del dominio de gobiernos populistas, de raigambre peronista, muchos de ellos signados por la corrupción y responsables de una economía inmovilizada, estancada con una inflación galopante que llevó al empobrecimiento masivo de la población. En sus mensajes electorales arremetió contra el sistema de descalabro económico, político, social y moral imperante, y planteó la dolarización; un discurso de ruptura, negador, anarquista, sin alternativa que no sea la libertad, la de propiedad privada absoluta, la del mercado de bienes y servicios, regido por la libre oferta y demanda, sin intervención ni regulación estatal en la economía; en un sistema mercantil capitalista, al margen de la realización de las libertades, y sin políticas públicas que apunten a plasmar la igualdad. En el fondo los planteamientos de Milei son de matriz neoliberal, sin que haya espacio alguno para prestaciones identificadas con el Estado de bienestar social. La salida de la crisis económica y la superación de la pobreza, para Milei, se darían con el impulso del capitalismo sin limitaciones, donde la acumulación y concentración de la riqueza desborde, se derrame, y esos remanentes lleguen a los desposeídos y marginados que, transformados en emprendedores y nuevos empresarios, saldrán de su postración y desempleo. Así como el gobierno neoliberal de Mauricio Macri fue el causante del retorno de los gobiernos populistas ‘progresistas’ (Cristina y Alberto Fernández), estos gobiernos han sido los causantes del retorno del neoliberalismo con Milei. América Latina camina entre la disyuntiva de gobiernos intervencionistas o neoliberales, en ambos casos de corte de corte populista, con democracias restringidas y Estados cada vez más arbitrarios y contaminados por la corrupción. Una tercera vía está por construirse.
Carlos Castro Riera