Cartas de lectores: Ideas para salvar a Haití

El ingreso de extranjeros y haitianos residentes en otros países que busquen retornar al país debe ser controlado

Resulta imposible no pensar en soluciones al ver la terrible situación seudoanárquica que vive Haití, país con profundas crisis desde el terremoto de 2010; necesita una acción urgente antes que su desaparición o un genocidio ocurran.

 Muchas personas reclaman la presencia de la ONU, sin embargo, por disputas de poder internacional, la organización aún no tiene la potestad de actuar de la manera esperada, varias cadenas que le atan. 

Pese a que hay una autorización de su Consejo de Seguridad para que una misión multinacional liderada por Kenia actúe en Haití por un año desde octubre de 2023, siempre las atribuciones que tienen sus misiones son limitadas. Además, para ese entonces no habían ocurrido los duros episodios de 2024. 

Ante este escenario, los países desarrollados deben proponer una solución más intrépida y no permitir que todo un país deje de existir. Sin ningún afán de aupar algún tipo de colonialismo o algo por el estilo, considero que un concierto de países con recursos económicos, políticos, y militares debe conformarse y actuar. 

Puede estar coordinado por EE. UU., dada su proximidad geográfica y liderazgo internacional. Incluso se podría contar con un complejo o infraestructura de respaldo instalado en la República Dominicana, como su aporte, si así es aceptado. Entre otras consideraciones y condiciones, estas podrían tomarse como principales y siempre abiertas a debate: 1) Antes de actuar, la firma de un acuerdo claro debe ser escrito y firmado por los países que liderarán el concierto, dejando claro que no constituye un acto colonialista, sino un gesto humanitario con Haití; 2) El concierto debe tener control y decisión política, económica y militar de los asuntos de Haití hasta que cierto nivel de control de la situación se haya establecido y se haya devuelto el poder a los haitianos; 3) Ninguna compañía podrá tener contratos con ganancias mayores a un dígito porcentual; 4) Contratar gente local.

El ingreso de extranjeros y haitianos residentes en otros países que busquen retornar al país debe ser controlado y con un número limitado. Finalmente, sería importante que si esto resulta exitoso, pueda ser aplicado en otros países con crisis humanitarias de similares características. Quizás no sea bien visto al inicio por detractores de los países con el poder temporal, pero algo hay que hacer en Haití y la respuesta no puede esperar todo el proceso y restricciones que han tenido las misiones de la ONU en toda su historia.

Pablo Cisneros Yánez