Cartas de lectores: Horrible gobernar con enemigos

Más tarde fueron definitivamente derrotados por el Libertador Simón Bolívar en la batalla de Ibarra

Como un buen presagio de los acontecimientos que el destino tenía preparados para la independencia de nuestra patria, dos confrontaciones armadas tuvieron lugar el 23 de mayo de 1822. La una, al norte de la entrada a Quito, en Machachi; y la segunda, en los altos del Ejido, al sur de la entrada a Quito, conocida como el Ejido de Iñaquito (nombre igual, en el mismo sitio, a aquel donde tuvo lugar el enfrentamiento entre Gonzalo Pizarro y el virrey del Perú, Blasco Nuñez Vela, en 1546).

El avance del general Antonio José de Sucre hacia Quito, lo hizo por el Cotopaxi, con el fin de rodear a las tropas realistas que se encontraban acantonadas en Machachi.

Sin embargo, al bajar al valle, necesariamente entró a la zona de Machachi, donde las fuerzas patriotas comandadas por el general Sucre tuvieron que enfrentar a las tropas realistas españolas, que defendían la posición de Machachi.

Esta batalla fue crucial para el éxito posterior en la batalla de Pichincha, ya que debilitó a las fuerzas españolas y le permitió a Sucre avanzar hasta Quito.

Para superar a las fuerzas españolas que estaban estratégicamente situadas en el camino a Quito, el general Sucre aprovechó las ventajas del terreno, la ayuda de chagras patriotas y las fortalezas de los patriotas.

La caballería española situada en el Ejido de Iñaquito, sin estar alerta, en vista de que esperaban a las tropas patriotas llegar por Chillogallo, fueron sorprendidas por el Escuadrón Lanceros del Sur por un lado y por el otro por el Escuadrón Dragones del Sur, al mando de Fritz Rashc.

La caballería española entró en pánico, enrumbando camino a Guayllabamba y luego a Pasto, para reagruparse y querer tomar por sorpresa un nuevo ataque realista.

Más tarde fueron definitivamente derrotados por el Libertador Simón Bolívar en la batalla de Ibarra.

Estas dos batallas deben ser reconocidas como parte de la batalla de Pichincha, hechos que el destino preparó para que en las faldas del Pichincha quede sellada, para gloria de nuestro país, su independencia.

Julio César Palacio Barberán#