Cartas de lectores | El famoso Consejo de Participación Ciudadana

El CPCCS cae en el absurdo burocrático y autoboicot, incapaz de cumplir su rol por trámites ridículos y repetitivos.

Leí con detenimiento y risa, esperando que al final del análisis que con el título de “Un día de terror en la vida del CPCCS”, que publicó EXPRESO el 8 de junio, se aclare que su contenido ‘es solo una broma’. 

La dependencia ha caído en total entorpecimiento, pese a la necesidad de cambiar en los hechos su triste realidad, a más de que nunca debió ser creado y peor dotado de capacidad para nombrar las más altas autoridades del país. En los art. 207 al 210 de la Constitución se define su integración, deberes y atribuciones, y el establecimiento de comisiones ciudadanas para los concursos de oposición y méritos, para designar procurador del Estado, superintendentes, defensores público y del pueblo, fiscal general, contralor general y miembros del Consejo Electoral, Tribunal Contencioso y Consejo de la Judicatura. 

Lo jocoso y hasta ridículo es que teniendo la responsabilidad de designar a tantos funcionarios del más alto nivel, el CPCCS haya establecido un procedimiento casi cantinflesco, arcaico y perezoso, que nunca le permitirá salir del ‘baño sauna’ en que se ha metido, fruto de alguna sugerencia burocrática de cierto personaje al iniciar sus actividades. 

El relato que EXPRESO recoge en la edición señalada, respecto a un trámite tan intrascendente por tratarse de un cargo de modesta importancia, demuestra el autoboicot con que estaría operando, pues con tal mecánica nunca podrá cumplir sus obligaciones; será un organismo devorado por la política y merecedor de la crítica ciudadana. 

Que se citen las razones, justificativos y argumentos por los cuales toman sus decisiones no obliga a la repetición de todas las estrofas, párrafos y antecedentes; sería suficiente con que se lo haga una sola vez; por ejemplo con el nombre de la institución (Consejo de Participación Ciudadana y Control Social) que se lo repite innecesariamente cada momento. 

Bastaría con citar la palabra Consejo, cuando ya se lo haya señalado en el documento en trámite, estudio, revisión o en aprobación... ‘Lo que al principio son pequeños vicios, más tarde pueden ser esclavizantes costumbres. Para mejorar hay que hacer todo lo necesario para salir de la rutina.

Iván Escobar Cisneros