
Andrés Garzón: "Los actores son el 99% ego y 1%, talento"
El intérprete habla sobre los actores, la llegada de los influencers y los aprendizajes que le dejó Jorge Toledo
Con cuatro décadas dedicadas al teatro, la televisión y el cine, Andrés Garzón (57) se ha consolidado como uno de los actores más importantes del país. Heredó el talento artístico junto a su hermano Héctor (61).
Sus primeros pasos en las artes escénicas los dio en obras infantiles, con su debut en El mago de Oz. Pronto llegó a la TV con su participación en Cómicos SA, para luego alcanzar un lugar privilegiado con la popular serie Mis adorables entenados y al integrar al grupo humorístico La Mueca.
Con la madurez que le otorgan los años de experiencia, asume un nuevo reto: la dirección escénica de la comedia El Cholito Forever. Con la dirección general de Juan Salazar (antes estuvo Jorge Toledo), el inicio de las grabaciones está previsto para octubre.
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Además, él volverá a encarnar a uno de sus personajes, Justino Soto, a quien los televidentes recuerdan por sus apariciones en El Cholito y Mostro de amor. Sus múltiples ocupaciones no le permitieron continuar con sus estudios gastronómicos y debió retirarse. Tiene dos hijos: Sebastián Andrés, fruto de su relación con la actriz Mélida Villavicencio, y Nicolás Andrés.
"Con Toledo empezamos juntos"
Jorge Toledo, en sus redes sociales, escribió un mensaje para usted que decía: “Buena suerte, amigo, talento te sobra”, tras su separación del proyecto El Cholito, el cual era su gran sueño.
Es el mensaje de un gran compañero. Nosotros empezamos juntos, cuando Oswaldo Segura hizo un taller de actuación en 1985. Toledo era parte del grupo. Siempre nos hemos respetado. Jamás imaginé que iba a convertirme en el director escénico de este proyecto, que está conversado desde hace rato, incluso antes de Los García. Jorge me invitó a hacer el teaser. No como ansias, aunque me esté comiendo la camisa.
Las comparaciones se darán…
Lo sé, siempre se dan. Soy de los que trabajan con la visión de que un producto saldrá bien, al que se le pone toda la leña y toda la carne al asador.
Por mucha experiencia que se tenga, siempre se aprende algo. ¿Qué aprendió del director, el maestro y el amigo?
Esa manera que tiene de ordenar sus ideas en la cabeza. Tiene una visión muy clara de lo que quiere y es la que debe tener todo director. Recuerdo que una vez había que grabar una escena en una fiesta de ricachones y no le gustó la propuesta que hicieron los del casting. Como dijo él: “Esas caretas no me convencen”. Sacó a los extras que no le parecían, y con los que se quedó armó la escena (risas).
Las oportunidades hay que aprovecharlas y ahora Jorge Toledo alista la comedia La novela de Toledo...
(Risas) Estamos en un mundo en que se aprovecha lo que pasa, y él llevará lo ocurrido al teatro. Seguramente será algo divertido.
"Al principio me molestaba trabajar con novatos"
¿Es complicado actuar y dirigir al grupo al mismo tiempo?

Por supuesto que lo es. Es diferente actuar y dirigirse uno mismo, pero además es complicado dirigir al resto. Es estar, a la vez, en muchas cabezas, hacer que saquen lo mejor y lidiar con los temperamentos. No es la primera vez que lo hago. Tuve esta tarea cuando trabajé en TC y fui director de actores en Antuca me enamora y Calle amores, y en Gamavisión en Puro teatro. He tenido la suerte de que conozco a casi todo el personal técnico y actoral.
Le toca lidiar con los egos y algunos los tienen muy grandes. le sacarán canas verdes…
Los actores son 99 % ego y 1 %, talento (risas), alguien lo decía alguna vez. Se espera el aplauso, el elogio… Por eso la fama es algo emocional, no mental. Generalmente no les hago caso y no ataco de frente. En las primeras entrevistas veo cómo son, les hablo, pregunto… En una ocasión, yo, que también soy actor, estaba trabado con un texto, entonces un asistente de producción me dijo: “Andrés, tome agua para que se calme”. Al principio no le hice caso, luego respiré, tomé agua, me calmé y de inmediato salió como quería. Hay que encontrar el mecanismo.
En los elencos hay de todo, como en botica, sobre todo ahora que se apuesta por gente sin experiencia e influencers, como Stéfano Navas. ¿Le incomoda o le molesta?
Al principio sí me molestaba, fue antes de la pandemia, porque yo no estaba en las redes sociales. Volver a la normalidad tomó tiempo. Además, para evitar contagios, se redujo la asistencia a lugares como los teatros. No me quedó de otra que meterme en las redes. Ahora hablo en TikTok sin complicarme. Antes no me agradaba dar entrevistas, sentía nervios, pedía que manden a otro. Ya lo he superado, existe un camino recorrido.
¿Cree que hay que ser cara de tuco o no tener sangre en las venas para aceptar un papel cuando no se tiene ni la más mínima experiencia actoral?
(Risas) Cuando me encuentro con los chicos reality les digo que ellos tienen lo que yo no tengo: la ‘pinta’, la ‘carátula’. Les causa risa porque conocen mi experiencia. Deben aprovechar lo que Dios les dio, pero no es lo único. Hay que formarse, porque las puertas se abren, pero se pueden cerrar si no hay una base que sostenga. Hay que aprender la técnica. Ahora los jóvenes no ven TV, por esta razón se busca sangre nueva para conectar con ellos.
Usted y Jorge Toledo comparten en el teatro...
Presentamos una comedia de enredos, Cita sorpresa, en Toledo Café Teatro. Compartimos con Ney Calderón. A veces, Jorge también actúa.

¿Alguna vez se han dado celos profesionales con su hermano Héctor?
En ese sentido hemos sido muy respetuosos. Cualquier diferencia personal es nuestro asunto. En la feria internacional, en una ocasión, tuvimos una discrepancia por algo que ocurrió en el escenario; entonces se nos acercó una persona para que nos tomáramos una foto con sus hijos. Nos sacaron la imagen como si nada. Nos peleamos como cualquiera.
No existen celos profesionales con su hermano
Los hermanos Garzón son críticos, el uno con el otro.
Por supuesto. Héctor me ha dirigido y yo hago lo mismo. Soy el más temperamental y negativo; mi hermano es un cascabel. Yo soy el amargado; él es el alegre.
Mis adorables entenados se están despidiendo desde hace rato. Dicen que el que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse…
Seguimos con la gira del adiós, pero no por el fallecimiento de Amparo Guillén. Era algo que ya se había planificado desde el año pasado. Los Garzón, Oswaldo Segura y Sandra Pareja integramos el elenco. Con Richard Barker mantenemos contacto. Oswaldo lo ve cuando visita Estados Unidos.
¿Andrés Garzón tiene algo de rayado?
Para estar en este ambiente hay que estar un poco rayado. Siempre me dicen que tengo cara de bravo.
Jorge Toledo, en una entrevista con EXPRESIONES, dijo que con Flor María Palomeque y Martha Ontaneda preferiría no trabajar porque ambas son conflictivas. ¿Usted con quién no lo haría?
Yo trabajaría con quien sea, creo que todos aportan. Quizá un genio no venga de todas partes. Hubo un tiempo en que no me llevaba bien con Richard Barker, pero fuimos profesionales. Siempre he pensado que las diferencias no deben interferir en el proceso. Hay que sacar el producto adelante.
¿Existe algo que quiera vivir pero no ha vivido aún?
Antes de morir quiero dirigir una película, sentarme en la silla del director. Una historia que yo escriba.

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