Cartas de lectores: Cuando falta la salud mental...

No olvidemos, jamás, que el padecimiento cerebral es el opresor más temible y terrible

A poco que nos adentremos en nosotros mismos y en aquello que nos rodea, constataremos que en todos los espacios y culturas, cuando falta la salud mental, se produce una gran fragilidad, que suele germinar en parte de una disolución de la propia identidad, dejando a las personas sin sitio alguno para poder reinventarse en sus dificultades, sumado al rechazo de los que se asustan del trastorno y no saben, o no quieren, acogerlo y tratarlo. 

La discriminación y el estigma seguramente nos dejen hundidos, aunque el objetivo no debe quedarse únicamente en aliviar el sufrimiento. De igual forma, hemos de iniciar la transformación vivencial de nuestros latidos, la concepción de los instintos y de las estructuras sociales, hacia un nuevo modelo de desarrollo que cuente con cualquier ser humano a la hora de preparar un porvenir mejor para todos. 

No olvidemos, jamás, que el padecimiento cerebral es el opresor más temible y terrible. Desde luego que sí, su influencia ha sido grande en el devenir de nuestra distintiva historia, que ha de vencer el encerramiento individualista, viviendo para los demás.

Víctor Corcoba