Cartas de lectores: ¡En este Ecuador petrolero todo esta al revés!

Hay que pensar en la juventud, que quiere vivir de lo que produce este pobre país petrolero

El cementerio de la Junta de ‘Beneficencia’ de Guayaquil se ha convertido en una ciudadela comercial. La institución, que fue una de las más queridas y respetadas del país, creada con amor y mucha espiritualidad, desafortunadamente dejó de ser el hermoso lugar donde los ciudadanos sabían que sus muertos descansarían seguros para siempre. No podemos quedarnos callados frente a tantas mentiras e inoperancia de quienes ahora dirigen este patrimonio, que de patrimonio ya no tiene nada. La institución porteña hoy está llena de una oligarquía cada vez más creciente, de señores y dioses. En este lugar, que debería ser el más sagrado de todos, ahora cobran precios exorbitantes para muertos y vivos, y nadie brinda seguridad a los que visitan periódicamente este camposanto. Además, le hace falta iluminación y hay mucha basura por doquier. También existen denuncias de que a los pocos minutos de haber sido enterrada una persona se llevan las ofrendas florales y las vuelven a vender. El municipio porteño, que ahora está cobrando doble impuesto predial, debería prestar ayuda con su policía, porque es el lugar donde descansan para siempre pobres y ricos. Hay gran malestar por el constante robo de piezas de bronce y acero. Y un mercadillo de ofertas donde aparecen vendedoras de tumbas y terrenos. En las afueras del cementerio venden caldo de salchicha y hasta droga. El espectáculo es pueblerino. Los dueños de bóvedas deben tener mucho cuidado. Si durante un año no las ocupan, las comerciantes de la Junta de Beneficencia hacen su agosto. En este pobre país petrolero todo está al revés. En vez de subir el IVA al 15 %, ¿por qué no le cobran impuestos a los grandes evasores que tiene Ecuador? Según cálculos aproximados, más de $ 2 mil millones adeudan las grandes empresas al SRI, incluida Exportadora Noboa. Este pobre país sobresale del mapa por ser uno de los mejores proveedores de droga del mundo. El presidente de la República dice que la batalla recién comienza. Ojalá dijera que para siempre. Hay que pensar en la juventud, que quiere vivir de lo que produce este pobre país petrolero.

José Emilio Ruiz Ortiz