Cartas de lectores | Diputados apestados
correístas, acostumbrados a manejar el país por 10 años, no aceptan que ADN dirija la Asamblea
La mayoría obtenida en la Asamblea por el presidente Noboa (ADN) ha generado una crisis sin precedentes entre los legisladores. La segunda fuerza, Revolución Ciudadana (RC5), que no logró integrar las comisiones, reclama airadamente al presidente Niels Olsen Peet, sin resultados. Los correístas, acostumbrados a manejar el país por 10 años, no aceptan que ADN dirija la Asamblea y se pelean al no poder aplicar su ideología: robar, encubrir y huir.
Luisa González, apodada Rana René, derrotada en elecciones, insiste con Correa en un supuesto fraude, contradiciendo a observadores internacionales. Molesta, González insulta a Urresta, quien abandona RC5 y responde con acusaciones de favores sexuales. Un polémico exiliado correísta regresa buscando imponer su influencia, lo que divide a RC5, que amenaza con irse. Otros diputados cambian a ADN. Un exgarrotero de Correa, acusado de violar a una menor, genera escándalo y discursos hipócritas, ignorando su historial dentro de la alcaldía de Quito, con $100.000 de recompensa por su captura.
Olsen identifica a 50 legisladores involucrados en nepotismo, cuyos nombramientos están siendo cancelados, afectando la negociación de votos. Con Correa prófugo y defendiendo a Jorge Glas, los correístas buscan nuevos rumbos para robar, intentando infiltrarse en ADN, mientras su líder ve fracasar su experimento.
La crisis judicial, crónica desde siempre, se agravó en 2014 con el diagnóstico de jueces internacionales comparándola con La Tremenda Corte. La Judicatura, liderada por Gustavo Jalkh, negó la crisis y acusó a los jueces de política, hasta que el CPCCS destituyó a los cuestionados. Desde entonces, los concursos para llenar 1.600 vacantes judiciales han fracasado, agravando la crisis.
Noboa enfrenta la desesperación de no encontrar jueces y fiscales honestos y debe recurrir a figuras cuestionadas, lo que genera críticas a su gobierno.
Carlos Mosquera Benalcázar