Cartas de lectores: La diplomacia directa
Los resultados vendrán, no se trata de una carrera de velocidad sino de persistencia
Concluida la gira presidencial de Daniel Noboa, diversos sectores se preguntan cuándo se verán resultados. La imperiosa necesidad de solucionar lo más pronto posible los problemas del país lleva a cuestionarse lo efectivo de estos desplazamientos. Pero hay que tener presente que por muchos años Ecuador giró ideológicamente hacia un ‘club de amigos’, donde primaron los intereses particulares, que crearon instituciones para favorecerlos, construir estatuas de homenaje alrededor de América Latina para así hacer ‘perdurar su pensamiento’, y que ahondaron en prácticas corruptas que han llevado a la cárcel a algunos de ellos, y a otros a estar prófugos para no enfrentar las leyes y la justicia (que en intentaron manipular); la lista continúa.
En el caso de Ecuador, los problemas de institucionalidad de los últimos años, la pugna entre Poderes del Estado -en especial entre Legislativo y Ejecutivo-, llevaron a la muerte cruzada, a elecciones anticipadas, problemas de inseguridad ciudadana y demás aspectos que inciden en la percepción de nuestro país. Por lo anterior, generar confianza es primordial para avanzar en las relaciones entre los países y sus gobernantes.
Ese estilo de diplomacia directa tiene resultados fructíferos y más si a los líderes que se ha acercado el presidente son de las economías más desarrolladas (EE.UU., Francia, China, España, Israel, Emiratos, etc.), desde apoyo en seguridad, reflejado en equipamiento técnico y capacitación; inversiones en sectores como agricultura, transporte, hidrocarburos, energía, entre otros. Asimismo, evaluar la posibilidad de acuerdo comercial, enlazar las empresas de ambos países y demás oportunidades en otras áreas.
Este tipo de diplomacia directa que impulsa el presidente será fundamental como estrategia para insertar a Ecuador en el contexto global, mejorar sus relaciones políticas y comerciales, basadas en pragmatismo y no ideología, y atraer inversión extranjera directa, que nos hace falta para dinamizar la economía. Y por supuesto el combate a la criminalidad. Los resultados vendrán, no se trata de una carrera de velocidad sino de persistencia.
Jorge Calderón Salazar