Cartas de lectores: El Día del Niño se celebra todos los días
Ser niño no es cuestión de edad, sino de espíritu: conservar la inocencia es clave para una vida plena y con sentido divino
Hoy en día hay un sinnúmero de prioridades que el Gobierno tiene para cambiar los destinos del Ecuador, pero sería equitativo que se preocupen por aquellos que, siendo correctos, no hemos perdido aquel niño que llevamos en nuestro interior, aquel espíritu infantil que es vital para entrar al cielo, luego de que la parca haga lo suyo.
Que un hombre de más de 50 años confiese que su niñez la tiene muy presente no es algo común, es medio extraño que un adulto haga esa confesión. Yo tengo 58 años y pese a los obstáculos no he perdido aquella cristalina manera de ver las cosas, característica de los infantes.
Aspiro que todos los adultos mayores recuerden que para entrar al reino de los cielos hay que ser niño; por lo tanto, no perdamos aquellas características infantiles, aquellas virtudes acrisoladas que forman un atributo exclusivo de los niños para, tener un pase oficial y entrar al cielo. ¿Por qué, no descubrimos ese niño que no murió y que distante por la edad, aún podemos retomarlo para no ser adultos aburridos?
Eduardo Jiménez Macías