Cartas de lectores | Ni derechos ni inversiones
Los empresarios honestos deberían pensar, que como decía Max Weber, el capitalismo necesita de un derecho que funcione en forma previsible
Que la Corte Nacional de Justicia (CNJ) no haya llegado a un pronunciamiento sobre el concurso de selección de sus jueces, ni sobre la prórroga de funciones de jueces nacionales, contrariando el periodo fijo establecido en la Constitución, concurso que además tiene tantos reparos y cuestionamientos incluso de observadores internacionales, es grave y evidencia justamente el efecto de la prórroga de funciones de algunos jueces por parte del Consejo de la Judicatura. Pero también la falta de sintonía y sensibilidad de ciertos jueces nacionales frente al pronunciamiento de amplios y respetables sectores ciudadanos. Más grave resulta que tan alta Corte no haya podido desarrollar suficientes anticuerpos frente a todo aquello que afecte la salud del organismo judicial. Lo que acontece en el concurso para renovar la CNJ lleva a considerar que en el país se está a punto de reeditar una nueva toma política del más alto organismo de justicia ordinaria, en circunstancias en que arremete la delincuencia común y organizada, las bandas del narcotráfico y su penetración en la institucionalidad pública, a consecuencia de todo lo cual, delincuentes con reiterada conducta criminal salen de la cárcel u obtienen su libertad inmediatamente de ser aprehendidos por la Policía, con resoluciones de algunos jueces corruptos. Sería necesario reflexionar a qué lógica, motivaciones o intereses responde el hecho de que la justicia no pueda convalecer, que persista una situación como de una enfermedad grave que se ha vuelto crónica. Todo parece indicar que una situación así constituye terreno fértil para la impunidad y que el aparato judicial se subordine a fines político-partidarios. Una justicia en esas circunstancias no sirve para defender los derechos de los ciudadanos, ni favorece las inversiones, de tal manera que los esfuerzos de todo tipo, incluyendo leyes con incentivos para generar inversiones, se diluyen con una justicia con graves cuestionamientos. Se está a tiempo de evitar que otra vez se meta la mano en la justicia, que se reediten maniobras para la impunidad o la persecución. Los empresarios honestos deberían pensar, que como decía Max Weber, el capitalismo necesita de un derecho que funcione en forma previsible, como una máquina; es decir, una justicia que arbitre con rectitud los conflictos que brotan del sistema mercantil basado en la libre competencia. La otra justicia se corresponde al capitalismo criminal y a capitales vinculados a la corrupción y negocios turbios.
Carlos Castro Riera