Cartas de lectores | La defensa del valor absoluto de la vida

Las autoridades políticas y el servicio médico deben proteger el derecho a la vida y aumentar las esperanzas de vida de sus conciudadanos

La vida humana implica inherentemente un valor absoluto. Esta debe protegerse por la jurisprudencia del país en cualquier fase de desarrollo de su existencia y garantizar la dignidad propia a todos los seres humanos. Las enfermedades, el envejecimiento y la muerte, por mucho temor e incomprensión de mucha gente, no pueden cambiar ese valor absoluto intrínsecamente humano: el derecho a la vida. Las autoridades políticas y el servicio médico deben proteger el derecho a la vida y aumentar las esperanzas de vida de sus conciudadanos. Cualquier suceso que vaya en detrimento o destrucción de la vida humana por considerar algunos seres humanos con menos valor que otros, como los minusválidos en su vida intrauterina o posterior al nacimiento, en especial en la vejez, debe considerarse como discriminatorio, propio del proceso emponzoñador de la sociedad, la eugenesia. La revolución socialista cubana, profundamente maltusiana y antivida, es violadora flagrante de los derechos humanos, en especial, la vida y la libertad.

Óscar Biscet