Cartas de lectores: Credibilidad

Estamos a tiempo para corregir estos errores que no se pueden admitir y está en nuestras manos el hacerlo

Los que creemos en la democracia y queremos vivir en democracia, tenemos que empezar por aprender a respetar los derechos de los demás, aunque no coincidamos en su esencia. Con la misma convicción debemos exigir que los demás respeten nuestros derechos y hay algo que no es negociable, es permitir que nos traten como minusválidos mentales.

El prófugo y sus cuarenta corifeos han pasado tratando de convencernos de que la dolarización es el peor error que ha cometido el Ecuador. Así lo expresó el prófugo desde antes de asumir la presidencia; un señor Arauz gasta gran parte de su tiempo exponiendo dentro y fuera del país cómo salir de la nefasta dolarización; el señor Borja, candidato a la vicepresidencia, olvidándose de su dulce paso por la floricultura, hoy pontifica sobre la manera ordenada de salir de la dolarización. ¿Puede alguien creer en la sinceridad de todos estos señores? ¿O es que la hipocresía o calificarnos de tontos como ha sido su costumbre será suficiente para tragar semejante rueda de molino? Despertémonos, conciudadanos, no podemos permitir que traten de tomarnos el pelo de esa manera y pongámoslos en el sitio que por merecimiento deben estar.

Esta teoría parece que ha sido contagiosa. Vemos al alcalde de Quito tratando de convencernos de que hay una obra inmensa en su gestión, cuando todos somos testigos de que la ciudad está destruida como nunca; basta oír los noticieros locales para confirmar lo aquí dicho. Hay obras sin planificación y lo que es peor, trabajos recientes que según propia confesión del alcalde se están corrigiendo o reiniciando por estar mal hechos, y nos quieren convencer de que eso no tiene costo, que lo asumen las compañías contratistas. Supongamos que esto es verdad y resaltan dos posiciones que tampoco las podemos aceptar: una, ¿qué tipo de compañías contrata el Municipio para sus obras?; y dos, ¡qué falta de consideración y hasta desprecio para los ciudadanos, ya que todas esas molestias aparentemente para las autoridades locales no significan absolutamente nada! Estamos a tiempo para corregir estos errores que no se pueden admitir y está en nuestras manos el hacerlo.

Alberto Rosales Ramos