Cartas de lectores | Un clamor desesperado: ¡Ya basta!
No se percatan del daño que ellos mismos se están haciendo. Los resultados son evidentes
El bienestar de todo un pueblo se basa en la tranquilidad. Cuando existen políticos que deciden alterar la tranquilidad por ‘quítame estas pajas’, como sucede con un movimiento político que, en derroche de inmadurez, atizado con vulgaridades, constantemente nos somete al triste espectáculo de la exhibición de voceros mediocres, la tranquilidad se ve alterada de manera permanente.
Que ya insiste en fraude, que se desatan polémicas internas intrascendentes para el bienestar general, que generan rumores frívolos, sin valor de contenido, o que nos obligan a presenciar devociones inconsistentes con el raciocinio humano, creen que son maneras de impactar favorablemente para ellos sobre la opinión del pueblo, del electorado.
Sinceramente, poniendo en evidencia su enorme mediocridad, no se percatan del daño que ellos mismos se están haciendo. Los resultados son evidentes, hemos visto un resquebrajamiento interno de ese partido que parece no tener fin, una pérdida constante del apoyo popular en ya tres elecciones seguidas, reacciones en contra cada vez más generalizadas.
Si existiera dentro de ese movimiento político una pizca de racionalidad, ya hubieran cambiado de actitud y se orientarían a fortalecer su accionar político, formando a sus cuadros, escogiendo candidatos más racionales, con preparación adecuada para las labores que van a desarrollar, y, un verdadero interés por el bienestar del pueblo.
La creencia de los dirigentes de que la confrontación es lo que atrae al votante es otra demostración de su espíritu vulgar y mediocre, de su formación pendenciera, y que valoran la agresividad como herramienta de actividad política.
El clamor popular ya se expresa en la comunidad de manera clara: ya estamos cansados de los tristes espectáculos de los mediocres, del uso de redes sociales para poner en evidencia su escasa formación cultural, y su descaro en desconocer sus limitaciones. ¡Ya basta!, nuestros jóvenes necesitan ejemplos positivos y de superación, de ninguna manera vulgares ni mediocres.
José M. Jalil Haas